EL TALLER MUSEO SANTXOTENA DE ARTZINIEGA HA AÑADIDO A SU FONDO ESCULTÓRICO, DESDE SU APERTURA EN 2010, 20 PIEZAS EN FORMATO GRANDE Y 30 CERÁMICAS
Un buen momento para repetir la visita al espacio, o de acercarse a él por vez primera, si no lo conoce todavía
ARTZINIEGA. El pasado 26 de mayo se cumplieron seis años de la apertura del Taller-Museo Santxotena en Artziniega (Álava). Un sueño cumplido por el matrimonio formado por el escultor Xabier Santxotena y la pintora Teresa Lafragua, que permite al visitante huir del concepto tradicional de museo, ya que en él no solo se puede disfrutar de las obras expuestas con la vista, sino también tocarlas y recibir una explicación directa de manos del propio artista, en lo que supone un auténtico viaje didáctico al génesis de la obra desde la biblioteca documental y el laboratorio del volumen y la forma, hasta la abstracción simbólica.
Un total de 1.100 metros expositivos distribuidos en dos plantas, comunicadas por una ingeniosa pasarela que le ha hecho merecedor al museo de un certificado en materia de accesibilidad, a la que se suman textos en Braille y proyecciones audiovisuales explicativas de cada área, de cara a que ningún impedimento físico sea óbice para visitar, sentir y comprender el espacio artístico.
Desde bocetos de ideas, algunas materializadas y otras no, realizadas en tizas, madera, poliespan, hierro e incluso papel, hasta piezas más grandes que muestran la evolución del artista de sus primigenios bustos, máscaras o relieves, a sus míticas familias en homenaje a “Basoa” (el bosque), el deporte, las pro-mujeres y pro-hombres del país, y las salas de denuncia a la guerra, religiosidad, el planetarium plagado de mitología euskaldun, o la sección de la muerte. Un auténtico bosque de figuras, presididas por un homenaje al escultor cordobés fallecido de sida Pepe Espaliu, en el que también se encuentra “Ostadar, el arcoiris o falo de Dios”, túmulos, menhires y estelas mortuorias, así como el “Tablón de la memoria”. Un monolito con 450 señales de maestros canteros que trabajaron en las construcciones templarias del románico tardío en el Camino de Santiago.
Homenaje a Amaiur
En resumen, un lujo para los cinco sentidos, un viaje por la evolución de un escultor y por su proceso creativo que se complementa con una visita obligada al aledaño taller del artista, de donde no dejan de surgir nuevas piezas. Y es que en estos seis años Santxotena no ha dejado de trabajar, incrementando este ya de por sí extenso fondo escultórico con otras 20 esculturas en formato grande y 30 en cerámica.
Ahí esta la máscara del capital, que completa el trío que, junto a la de los políticos y la religión, “son los causantes de los desastres de las guerras”, apunta el autor; así como otras que recuerdan las bombas nucleares de Nagasaki e Hiroshima en 1945, el deterioro de las casas de Alepo tras los bombardeos de Siria e Irak “con el detalle de las llaves que se llevan los refugiados, mostrando su deseo de regresar a un hogar ahora arrasado, como hicieron los judíos cuando huyeron de España en el siglo XV”; o una paloma de la paz “enjaulada y triste” que representa la guerra entre Palestina e Israel.
La última, un homenaje a Amaiur (lugar donde en julio de 1522 sucedió el sitio del Castillo de Maya, uno de los últimos reductos de resistencia del viejo Reino de Navarra frente a la Corona de España) que, con el tiempo, medirá 4 metros de altura a base de tres piezas superpuestas. De momento la base de 1,34 metros de altura ya ocupa su lugar de honor en el museo, tras dos años de trabajo.
Las personas interesadas en visitar el Taller Museo Santxotena de Artziniega pueden concertar visitas guiadas en los teléfonos 945 396 664 y 605 717 857. Su horario de apertura habitual es los sábados de 11:00 a 13:30 horas y de 16:00 a 19:00 horas; así como los domingos de11:00 a 14:00 horas.