La muestra de ayer es un paso cuantitativo y cualitativo en la faceta recopilatoria emprendida por el escultor baztanés junto a su mujer, Teresa Lafragua Álvarez, tras los precedentes de Gorrienea, la Casa-Museo Santxotena, del barrio Bozate de Arizkun, y el monográfico exhibido en el Aquarium de San Sebastián hace dos años con motivo de su centenario.
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